Salto La Jalda

 

La aventura comenzó bien temprano, con rumbo hacia El Salto La Jalda, ubicado en la provincia de Hato Mayor, aunque también se extiende parcialmente hacia El Seibo.

Se encuentra en el corazón del Parque Nacional La Jalda, y el sendero que conduce hasta él está muy cerca del Parque Nacional Los Haitises. Con una altura de aproximadamente 120 metros, El Salto La Jalda se consolida como la caída de agua más impresionante del país, y posiblemente de todo el Caribe insular —aunque este último dato no lo tengo del todo confirmado.


El recorrido total es de unos 12 kilómetros (ida y vuelta), por lo que es fundamental ir bien preparados: lleven suficiente agua, repelente de insectos y, preferiblemente, ropa de manga larga y pantalones largos. Hay vegetación que puede causar irritación en la piel y una gran presencia de insectos. Si realizas la caminata durante la temporada de lluvias, es muy probable que el camino esté embarrado, especialmente si ha llovido recientemente.

Desde Santo Domingo se llega a El Salto La Jalda tomando la ruta por Hato Mayor, hasta alcanzar el municipio de Sabana de la Mar. Desde allí, se continúa por la nueva carretera que conduce a la comunidad de Magua, ubicada antes de llegar a Miches.


Magua, que pertenece a la provincia de Hato Mayor, marca el inicio del tramo final: se toma un camino de tierra en buen estado hasta la comunidad de Loma de Magua, la cual ya se encuentra dentro de los límites del Parque Nacional La Jalda. A partir de este punto, comienza la caminata a través de un entorno boscoso, siguiendo un sendero húmedo rodeado de exuberante vegetación, imponentes árboles y una rica diversidad de aves tropicales.



El primer tramo del recorrido, de aproximadamente 5 kilómetros, lo realice bordeando el río Magua, el cual lo cruce en más de ocho ocasiones, sin mayores complicaciones. Un tupido bosque de cacao sembrado antes de que la zona fuera declarada parque nacional, brinda una sombra casi constante a lo largo de todo el sendero.

Llegamos a la caseta del Ministerio de Medio Ambiente, donde montamos nuestras casas de campaña. Desde ese punto es posible contemplar El Salto La Jalda a lo lejos, en un plano general, mientras aprovechamos para tomar un breve descanso antes de continuar la caminata.


Desde la caseta, el sendero continúa unos 2 kilómetros más. Al llegar, el esfuerzo se ve ampliamente recompensado: te encuentras de frente con una majestuosa postal viviente. Ninguna foto ni video logra capturar por completo la grandeza del lugar; estar allí es una experiencia que simplemente hay que vivir.

Este viaje lo realice con Ecoturistard

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