Trudille, Un paraiso en Pedernales

La República Dominicana es una isla llena de lugares hermosos que muy pocos conocen o visitan por la complejidad y/o lejanía; pero cuando vas, a pesar de un gran esfuerzo físico, la recompensa al final vale la pena al toparte con un pequeño paraíso terrenal. Un ejemplo de eso es Trudillé; un pueblito de pescadores que se encuentra en el sur del país (Pedernales) dentro del Parque Nacional Jaragua.  Un lugar remoto en el que experimentarás un viaje a la simplicidad; donde no hay agua potable, ni electricidad,  existe un pequeño colmadito con pocas cosas y algunas casitas en un mal estado pero kilómetros de playas color turquesas y cristalinas; los chivos que andan como mascotas domésticas y te reciben al llegar al pueblito como si fueran unos perritos que necesitan cariño te dejan una experiencia única, el atardecer nos muestra un espectáculo de colores más pintorescos que nuestros ojos hayan observado y si vas en época de luna llena parece que estuvieras en una película romántica. 

Casas de Pescadores 

La primera vez que fui, en el 2014, solo vi un pequeño pueblo con aproximadamente 40 casitas que sirven de refugio a los pescadores y que en ocasiones van con sus familias porque pasan una temporada allí. Están de una forma muy precaria, pero le dan un toque interesante al estar frente al mar. Cuando volví años después, lo encontré un poco más deteriorado por algunas tormentas que habían afectado la la zona.

En Trudillé encontrarás una de las playas más hermosas que he visto, Playa Blanca. Una playa bien remota y de difícil acceso. Para llegar ahí hay que pasar un matorral de espinas y cactus subiendo por una pequeña montaña árida, que solo el guía adivina el camino para subir. Aunque vía lancha sería una opción. Mas delante de Playa blanca puedes caminar por toda la orilla de arenas blanca hasta los manglares, ahí podrás encontrar agua dulce para un buen baño.

Playa Blanca

Trudillé forma parte de los lugares que abarca el Parque Nacional Jaragua, donde predomina un ecosistema árido y costero-marino. Pero también existen humedales, pastos marinos y arrecifes de coral. Su flora y fauna son únicos y allí se encuentran altos niveles de especies endémicas que solo existen en la zona.

 

 

Cómo llegar

Llegar ahí no es tarea fácil, pero vale la pena. Se camina desde la caseta del Parque Nacional Jaragua atravesando el Parque por 4 horas en un camino irregular de roca caliza erosionada, a lo que se le llama “diente de perro”, por lo que hay que ir con un buen calzado. La caminata es muy pesada y mucho más cuando se hace al medio día, ya que la sombra en el sendero es escasa. Lo recomendable es hacerlo en 2 ó 3 días para disfrutarlo de verdad.

Luego que estás en el pueblo debes caminar unos 25 minutos si quieres llegar a Playa Blanca y 45 minutos más para llegar a los manglares que ahí puedes encontrar agua dulce. También cerca cuenta con una hermosa playita llena de grandes caracoles y estrellas de mar.

Otra alternativa es ir en bote desde Cabo Rojo por aproximadamente 3 horas.

Para visitar debes buscar un guía que te indique  el camino y puede conseguir caballos que lleven tu equipaje. La Brigada Ecológica Aniana Vargas hace tours frecuentes a este lugar organizado por Loretta Jiménez que fue la pionera en llevar personas a este lugar y llevar ayuda médica para personas residentes allí. Si vas por cuenta propia sería bueno que lleves alimentos, medicina y ropas para las personas que pasan una temporada ahí en pésimas condiciones.